LLANTO
Rompiendo con el mito de que los hombres no deben llorar
acá estoy... llorando a mares
por los mares
por los mares por los bosques
por tu cara de imbécil cuando hacemos el amor
se puede hacer el odio si se puede hacer el amor
me engañaron
el amor ya estaba hecho cuando llegué
y cuando quise hacerlo se me rieron en la cara
se burlaron de mí con mucha gracia
con mucha enjundia también... pero mucha gracia
me quedo con la gracia
porque es gratis y le hace bien al corazón
¡y después me preguntan por qué estoy llorando!
¿no es evidente?
Lloro por vos y por todos los que siguen adentro de los demás
oradándonos la piel
por vos lloro
por nosotros quizás
pero sobre todo por vos, mujer.
Javier Dos Santos djdsmello@gmail.com