La Metamorfosis - Maria Teresa Castillo

La Metamorfosis - Maria Teresa Castillo

Las metamorfosis

Las metamorfosis han sido desde todos los tiempos formas de cautiverio o de refugio.

La Biblia nos habla en el Génesis de la que habría sido la primera metamorfosis. El

ángel del mal hecho serpiente para destruir la magna obra de Dios: el hombre y su

En el terreno de las mitologías hallamos una vastedad de transformaciones utilizada

por los dioses, como el recurso por excelencia para intervenir de manera absoluta en

En los mitos griegos los moradores del Olimpo daban rienda suelta a sus deseos

atemorizando a los mortales, según su capricho.

Realmente muchos de ellos carecían de las virtudes requeridas para su condición de

dioses y jugaban a la impunidad, tan fácilmente adquirida como jerarquía tuviesen

Las aventuras de Júpiter, padre de dioses y de hombres, de carácter enamoradizo y

voluble, lo llevaron a relacionarse con ninfas y mortales a las que luego transformaba

en bellos animales para eludir responsabilidades, también él se convertía en bestia

para lograr sus apetencias, tal como sucede en el caso del hermoso toro que sedujo

a Europa y de cuya unión nacieron tres hijos, uno de ellos Minos, rey de Creta, que

desencadenaría los sucesos del Minotauro, hombre y toro, descendiente de

Nada escapaba a la desconfiada y celosa Juno, su legítima esposa, que no tenía

contemplaciones para las infidelidades de su marido y condenaba a quienes habían

cedido a los requerimientos amorosos de éste. Su venganza y malhumor alcanzaba a

los propios hijos que Júpiter había engendrado en sus andanzas terrenales.

El caso de Apolo, dios de la luz, responde más a los sentimientos que al frívolo

entretenimiento de su categoría en el Olimpo. Al ser herido por la flecha del Amor con

que Cupido lo alcanzó para vengarse de su arrogancia como cazador, brotó en él una

pasión desmesurada por la ninfa Dafne, a la que Cupido a su vez había flechado con

el desdén, así ella nunca lo aceptaría. Sin darse por vencido Apolo corrió tras la ninfa

hija del agua, viendo como Dafne se convertía en un árbol de laurel.

Hubo un tiempo en que la cólera de los dioses estuvo en su punto más álgido. Cierto

es que el género humano nunca fue fácil de conducirse ni de aceptar reglas de

convivencia. Siempre estuvo sujeto al poder, al brillo de la gloria y las riquezas, solo

dispuesto a un fin sin importarle los medios.

Esto provocó la ira de los gobernantes celestes, que despojados de toda tolerancia

enviaron a la Tierra un diluvio para destruir al hombre.

Rescataron del desastre a una sola pareja de virtuosos: Deucalión y su esposa Pirra.

Cuando la calma y las aguas se normalizaron, éstos se preocuparon al verse solos en

el mundo. No sabiendo qué hacer decidieron consultar al oráculo. Salen y obedientes

a Temis van caminando y tirando piedras hacia atrás, las que se transforman en

Así es como habría quedado poblada nuevamente la Tierra.

Estas leyendas que el poeta Ovidio resaltó con su lírica nos descubren un universo

donde las metamorfosis derivan de voluntades superiores y marcan la vulnerabilidad

También abre otro paréntesis para la reflexión.

 Estudiosos de la Naturaleza, en su contexto más amplio, indagan constantemente

diversas metamorfosis. Cambios que se inscriben en lo físico, fisiológico y

morfológico que la ciencia investiga para el conocimiento de todos.

 Estas metamorfosis nos llevan hasta Heráclito cuando decía que todo fluye, todo

está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso no podemos descender dos

veces al mismo río. "Ni yo ni el río somos los mismos".

Volviendo al origen de los mitos, estos fueron creados por los hombres. Hicieron

dioses a su imagen y semejanza en una necesidad de trascendencia.

Con los sueños ocurren otras evasiones que el hombre ha ido interpretando e

investigando paulatinamente. Se ha pasado por diversas etapas: las alegorías

antiguas relacionadas con la Divinidad, la simbología con alto contenido profético,

los enigmas planteados ante ese universo onírico, que desaparece en la vigilia

aparentemente sin dejar rastro y que dieron lugar a la creencia en una dualidad

 Hasta llegar a Freud y la teoría del inconsciente.

Los sueños son una función vital del individuo; en ellos somos nosotros y somos otro.

Un desconocido asomado a nuestra psique. Esta dualidad nos ofrece la oportunidad

La metamorfosis de Kafka muestra al protagonista (podría ser el propio Kafka) que

vive su transformación en una noche cuando tal vez, durante el sueño el inconsciente

activa un fuerte deseo de evasión y al volver a la vigilia Gregor Samsa es un ser

extraño parecido a un insecto gigante que le permitirá romper con la rutina impuesta,

los reproches de su padre, desprenderse de su personalidad mudando su fisonomía.

Ligados al talento de un creador, los sueños han jugado un rol preponderante en el

mundo del arte. La metamorfosis que experimentan algunos artistas en estado de

ensoñación les permite realizar una obra más próxima a lo irracional que al sentido

Tal es el caso del pintor español Salvador Dalí, creador incansable de universos

surrealistas que le proporcionan cierta seguridad que no encuentra en el mundo

ordinario. De ahí surge la metamorfosis, de las cavernas del inconsciente donde él

entra y sale continuamente. Él mismo lo dice: “yo pinto mis sueños” y su obra es un

camino onírico sembrado de símbolos, donde su propia madre es una matriz blanda y

gigante, más parecida a un grotesco molusco que a la víscera hueca que contiene la

En la literatura, la más llamativa es la narrativa infantil. Un mundo poblado de hadas

que pueden hacer maravillas transformándolo todo, príncipes encantados que viven

bajo la apariencia de ogros o bestias temibles y que esperan el Amor para volver

a su origen. En estos casos la metamorfosis busca ser la moraleja de que esas

transformaciones sirvan para sortear vicisitudes y para la comprensión de que solo la

solidaridad, la tolerancia, el bien que podamos brindar a los otros, aunque los veamos

diferentes, ayudará para el cambio.

Cuanto más se podría decir del deseo de transformarnos que habita bajo las capas

del inconsciente que todos somos. Cuantos querrían ser un Pigmalión para insuflar

vida a su creación y que ésta expresara tal magnificencia que conmoviera a las

personas, así el mundo recobraría lucidez material y espiritual para continuar la obra.

María Teresa Castillo

castilloteresa22@gmail.com