Cielo Abierto 2 - A propósito de la obra de Sandra Petrovich Por Ricardo Lagrotta

Cielo Abierto 2 - A propósito de la obra de Sandra Petrovich  Por Ricardo Lagrotta

A propósito de la obra de Sandra Petrovich

 

Por Ricardo Lagrotta

Estamos ante una obra que desafía al observador. Le genera pasión al espíritu sensible, y a los contemplativos los incita a la meditación.

No es posible escapar a la fuerza expresiva que no se agota en la primera mirada, que nos despierta cada vez como si fuera la primera.

Sandra Petrovich recupera la esencia de todo lenguaje. Porque tiene cosas para decir y las dice. Recupera nuestro sentido de narradores narrados. Nos comunica ofreciéndonos la posibilidad de dialogar con sus formas y colores.

Es extraordinario que luego de tantos experimentos formalistas aparezca alguien con la capacidad y la valentía suficiente para reunir con éxito y contenido.

Sandra Petrovich nos habla de la realidad, de la materia y el espíritu, del tiempo y de la memoria, de la lucha y de la renuncia, en un lenguaje holístico que solo la pintura puede abordar.

Esta obra es un antídoto al escapismo, vuelve a poner al ser humano en el centro de la realidad con una fe infinita en las fuerzas creadoras del cosmos y la humanidad.

Me paro ante una obra de Sandra Petrovich y me quiero quedar ahí por siempre. No puedo dejar de vagar por esos mundos que propone.

Desprenderme de esa contemplación es como arrancarme de raíz. Y eso se repite con esta obra que me extasía cuando la contemplo, y me produce nostalgia cuando la recuerdo. En realidad no tengo que alejarme para que despierte mi nostalgia.

Precisamente, esta imagen actualiza nuestros orígenes, nos proyecta al génesis común de

 

todos los seres en esa matriz primigenia.

 

Vemos la lucha de lo particular por establecerse como forma individual, y las fuerzas que lo llaman desde la totalidad.

Es a ese conflicto cósmico que nos lanza Sandra Petrovich poniendo a los observadores como protagonistas en esa épica del tiempo.

Lo mas extraordinario es que ese conflicto lo resuelve reconectando todas las esferas del ser, disolviendo los límites entre el adentro y el afuera, entre lo uno y lo otro, entre el pasado, el presente y el futuro, devolviéndonos la integralidad del ser.

Experimentamos esa dureza del génesis pero también recibimos la fortaleza y la alegría para vivirla.

Me quedo perplejo en la contemplación, recuperando mi condición de ser cósmico.

¿Qué es la magia? Filosofía, ciencia y arte reunidos, quizás!