El Modernismo Hispanoamericano.
El modernismo hispanoamericano
Puede decirse que el modernismo r
epresenta la mayoría de edad de la literatura hispanoamericana. Por vez primera se desarrolla en el subcontinente un movimiento literario autóctono que influirá en España y no al revés, como había sucedido hasta ahora. Además, se abre la puerta a la gran poesía del siglo XX.
Raíces del modernismo
La transición entre los siglos XIX y XX viene marcada en Hispanoamérica por el modernismo, movimiento literario fundamentalmente poético, que surge del deseo de superación del realismo.
Influido por el simbolismo francés (ver t70), el modernismo pretende desligarse de la tutela literaria española. Así, se sientan las bases de lo que será la gran literatura hispanoamericana del siglo XX y su perpetua búsqueda de formas nuevas para expresar la compleja realidad de los distintos países del continente.
Se produce una profunda renovación del lenguaje literario, cuyo objetivo será la belleza absoluta (para sus características formales, ver t28). Algunas notas temáticas distintivas son:
Subjetivismo, intimismo, angustia existencial y sensualidad.
Evasión de una realidad materialista rechazada hacia el exotismo.
Cosmopolitismo y conciencia nacional frente a España y Estados Unidos.
Precursores e iniciadores
José Enrique Rodó (1871-1917), uruguayo, fue el ideólogo del modernismo en su prólogo (1899) a Prosas profanas de Rubén Darío y en otros ensayos de estética, como Ariel (1900).
Manuel González de Prada (1848-1918), polémico ensayista político-social peruano y defensor de los indios, fue también poeta innovador y preciosista en Minúsculas (1901) y Exóticas (1911).
Salvador Díaz Mirón (1853-1928), político y poeta mexicano, pasó de un optimismo romántico a un tono sombrío y una búsqueda de perfección formal en Lascas (1901).
Manuel Gutiérrez Nájera (1859-95), mexicano, muestra en sus versos y en sus cuentos riqueza melódica y plástica y una honda preocupación por la brevedad de la vida.
Los grandes poetas modernistas
Rubén Darío (1867-1916) (ver t28) es la mayor figura modernista.
José Martí, gran prosista en su Diario, escribió varios libros de poesía: Ismaelillo (1882), Versos libres (1882), Versos sencillos (1891). A veces con tono visionario a lo Whitman (ver t66), a veces en verso libre y con expresión sencilla, canta a la naturaleza y al hombre con imágenes de gran originalidad.
Amado Nervo (1870-1919), mexicano, evoluciona desde el panteísmo al sentimentalismo, con el amor como tema fundamental.
Leopoldo Lugones (1874-1938), argentino, anticipa en Lunario sentimental (1909) el humorismo y las metáforas surrealistas. En obras posteriores canta en versos descriptivos la vida campesina.
Julio Herrera y Reising (1875-1910), uruguayo, crea con un humorismo muy personal unos paisajes barrocos, idealizados y grotescos en Las pascuas del tiempo (1900) o Clepsidras (1910).